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FAQS

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Preguntas y Respuestas

¿Es obligatorio aplicar adaptaciones a los alumnos diagnosticados de TDAH?

Sí, puesto que el artículo 14 de la LOMCE dice textualmente:


“Será de aplicación lo indicado en el capítulo II del título I de la Ley 2/2006, de 3 de mayo, en los artículos 71 a 79 bis, al alumnado que requiera una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, para que pueda alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado”.
           
Art.71.2 de la Ley Orgánica 2/2006: “Corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, TDAH, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado”.

Si hacemos adaptaciones en los exámenes, ¿no estamos favoreciendo a estos alumnos frente a sus compañeros?

No. Justicia no significa dar a todos lo mismo, sino dar a cada uno lo que necesita. Nadie pensaría que está favoreciendo a un alumno con discapacidad visual si se le hacen los exámenes orales, por ejemplo. Lo importante es facilitar que todos los alumnos puedan demostrar que han adquirido las competencias, y el docente es libre de evaluar a sus alumnos como considere que es la mejor manera.
        
En el caso de los afectados de TDAH se deben tener en cuenta sus dificultades en las funciones ejecutivas, que implican un mal funcionamiento en cuanto a planificación, secuencialización, memoria de trabajo, control del tiempo, problemas en la atención sostenida, inhibición de la conducta, control de impulsos…, entre otras.
            
Un buen conocimiento del trastorno ayudará al docente a entender mejor el funcionamiento del cerebro del alumno afectado, y por tanto, podrá enseñarle de manera adecuada los conocimientos de las diferentes materias académicas, consiguiendo además que su trabajo sea más tranquilo y efectivo cuando haya un alumno de estas características en el aula.

Al tratar de manera diferente a estos alumnos en el aula, ¿no los estamos estigmatizando?

En la medida de lo posible, las adaptaciones que se crea conveniente aplicar en el aula para los alumnos con TDAH, se deberán aplicar a la clase en general. Lo que funciona para los alumnos afectados funcionará también para el resto.
          
Sin embargo, el alumnado con TDAH sí requerirá algunas metodologías que quizás sus compañeros no precisen (revisión de agenda, examen secuenciado…) para lo cual evidentemente será necesario contar con el buen hacer profesional del equipo docente, pues son ellos quienes mejor conocen a su alumnado y quienes disponen de conocimientos y estrategias para lograr que estas adaptaciones no sean entendidas negativamente por el grupo.
 
Se recomienda no obstante, realizar una educación inclusiva, en la que se favorezca en los niños y adolescentes la empatía con los demás, que sean capaces de aceptar y valorar la diferencia, puesto que todos somos diferentes a los otros.

¿Qué puedo hacer como docente si la familia no acepta que su hijo puede padecer TDAH y no actúa en consecuencia?

Si en el aula tenemos sospecha de que algún alumno presenta posibles síntomas de TDAH debemos comunicarlo al gabinete orientador del colegio para que haga la valoración. Si se confirman las sospechas deberemos informar a la familia para que tome las medidas oportunas. Si por cualquier motivo, la familia no actúa en consecuencia, el docente debe trabajar con el alumno en el aula basándose en sus síntomas, aunque no tenga un diagnóstico externo, ya que lo que importa es que este alumno aprenda de la mejor manera posible para él y para el docente.
             
En cualquier caso, se recomienda la comunicación continua con la familia que favorezca un intercambio de información referente al niño entre los dos ámbitos

¿Todos los niños que tienen TDAH deben tomar medicación?

No en todos los casos es necesaria la medicación. Esta valoración deberá realizarla el especialista correspondiente y, por supuesto, la decisión última de administrar la medicación o no corresponderá a los padres del menor, que con la información que hayan recibido de su médico valorarán lo que es mejor para su hijo.
         
El tratamiento para un afectado de TDAH es multidisciplinar e individualizado, es decir, está formado por: tratamiento farmacológico, tratamiento cognitivo-conductual y tratamiento psicoeducativo (padres y profesores).

¿Qué metodología es la más adecuada para trabajar con estos niños o adolescentes en el aula?

Ya se ha demostrado que la clase magistral no es el mejor sistema de aprendizaje en la sociedad actual, puesto que el alumno mantiene una actitud pasiva frente al profesor, actitud difícil de mantener en el caso del TDAH.
            
Las nuevas metodologías que están actualmente en auge consiguen que el aprendizaje sea más activo y enriquecedor para todos los niños y adolescentes. Es el caso del aprendizaje cooperativo, el aula invertida, la gamificación, la educación emocional… Sin emoción, no hay aprendizaje.

Como no todos los profesores y maestros actuarán igual frente a un alumno con TDAH, ¿qué sentido tiene que yo haga adaptaciones a mis alumnos si luego no va a haber una continuidad?

Nuestra recomendación es que se realice un protocolo de actuación ante estos casos a nivel de centro, de manera que todo el personal, docente y no docente, conozca cómo debe actuar frente a casos de TDAH. Esto facilitará la convivencia entre todas las partes afectadas en cualquier situación de la vida escolar, disminuyendo el estrés y las situaciones de conflicto, a la vez que permitirá la estabilidad emocional necesaria para el desarrollo positivo de los afectados.