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Preguntas Generales
¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno que se presenta desde la infancia y se caracteriza por tres síntomas principales: Déficit de Atención, Impulsividad e Hiperactividad. Para diagnosticar el TDAH, es necesario que estos síntomas sean más frecuentes y severos que en niños o adolescentes de edad similar, y que afecten su vida diaria en casa, escuela y entorno en general.
El TDAH está reconocido en la clasificación de trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V), en la sección de Trastornos del Desarrollo Neurológico. También está incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima edición (CIE-11), de la Organización Mundial de la Salud, en la sección de Trastornos del Neurodesarrollo.
Debido al TDAH se encuentran afectadas, entre otras, las funciones ejecutivas, aquellas que nos permiten planificar y organizar acciones, reflexionar sobre posibles consecuencias e inhibir una respuesta automática inicial a fin de sustituirla por una más apropiada. Es por ello que el TDAH puede tener un impacto significativo en la vida de quienes lo padecen, afectando su rendimiento académico, relaciones interpersonales y bienestar general. Es importante contar con un diagnóstico preciso y buscar la ayuda adecuada para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
En APNADAH trabajamos para promover el conocimiento y concienciar sobre el TDAH, brindando apoyo a las personas afectadas y a sus familias. Estamos aquí para proporcionar recursos, información y orientación necesaria para comprender y abordar el TDAH de manera efectiva. Juntos podemos enfrentar los desafíos que conlleva este trastorno y ayudar a las personas a alcanzar su máximo potencial en la vida.
No existen dos casos iguales de TDAH, ya que sus características individuales dependen de muchos factores, entre los que destacan el tipo de TDAH ante el que nos encontremos (inatento, hiperactivo-impulsivo, combinado), así como la presencia de otros trastornos o enfermedades asociadas (Comorbilidades), como pueden ser trastorno oposicionista desafiante, trastorno de conducta, trastorno de ansiedad, trastornos afectivos, alteraciones del sueño, tics y síndrome de Gilles de la Tourett, entre otros, ya que son pocos los casos en que se presenta un TDAH puro. No obstante, las características esenciales del TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar. Esta variedad de tipos, sintomatologías y efectos, dificultan su identificación, diagnóstico y su misma caracterización general, a pesar de ser uno de los trastornos más estudiados.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos neuropsiquiátricos infanto-juveniles más comunes. Las cifras de prevalencia son variables en función del país, la población estudiada, el método de estudio y los criterios aplicados. No obstante, se estima que se encuentra entre el 5% y el 8% de los/as niños/as en edad escolar, y en torno al 4% en la edad adulta. Siendo más frecuente en el sexo masculino que en el femenino.
Se trata de un trastorno de origen neurobiológico (mal funcionamiento de ciertas regiones cerebrales, con un irregular funcionamiento de los neurotransmisores como la Dopamina y la Noradrenalina), y con alta transmisión genética. Entre los factores no genéticos se habla de la influencia de factores de riesgo perinatales (tabaco, alcohol, drogas consumidas durante el embarazo, etc.); así como complicaciones en el momento del parto que dan lugar a lesiones cerebrales. Por otro lado, los estudios sobre factores socio-ambientales señalan que éstos no causan el TDAH, pero pueden contribuir en agravar los síntomas, así como a empeorar el pronóstico y evolución del TDAH, incrementando el riesgo de trastornos asociados.
En absoluto. Existen referencias históricas desde Hipócrates (siglo V a.C). No obstante, la primera descripción científica sobre la existencia de niños con un síndrome clínico basado en inatención, hiperactividad e impulsividad es de 1902 y se debe al pediatra inglés George Still. Una de las primeras referencias en español se debe al pedagogo Augusto Vidal Parera (1907) en su “Compendio de Psiquiatría Infantil”. Sin embargo, hasta la década de los 60 no se incluyó este trastorno dentro de los materiales docentes de psiquiatría infantil y de adolescentes.